Cómo organizar un EQUIPO para buscar SOLUCIONES…
- En Coaching
“UN EQUIPO ORGANIZADO BUSCANDO SOLUCIONES”
Se supone siempre que cuando un equipo se reúne, es porque los miembros tienen un temario, inquietud u objetivo común. Pero no siempre se tiene en cuenta una serie de complejas motivaciones inconscientes que cada individuo lleva consigo y que por desconocerlas no son material que él maneje y se advertirá que influyen en sus actividades frente al equipo, quiera que no, pretende el que sus propias ideas se impongan.
Estas situaciones llegarán a ser extremas si la tarea del equipo no es clara y no hay un líder competente.
Los equipos, sin embargo, no siempre trabajan con tanta lógica en el logro de sus objetivos. A veces, discusiones estériles dejan de lado los asuntos principales y toman decisiones pueriles que parecen ignorar una forma atinada de pensar y actuar. Es necesario reconocer que los equipos trabajan en dos niveles simultáneamente: Un nivel obvio, el de la razón expresa o motivo de la reunión. Otro nivel opera bajo la superficie. Aparece encubierto o disimulado. Pero que por su naturaleza íntima es hondamente sentido. Este nivel no es descubierto tan fácilmente por el grupo.
Se fortalece bastante este nivel de motivaciones inconscientes que provienen de deseos, de compulsiones, de conflictos emocionales, de aspiraciones o reacciones emotivas (de miembros del equipo en su totalidad) que no engranan legítimamente con la tarea aceptada por el equipo.
Lo que opera bajo la superficie, tiene que hacerse a ese nivel porque los seres humanos no creemos y no se nos ocurre que podemos exponerlo ante los demás, ni aún ante nosotros mismos. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de agendas encubiertas y a cualquier otra actividad que se realizará en equipo sea este reducido o grande.
Cuando un equipo parece ir sobre ruedas en la consecución de su objetivo expreso, lo más probable es que los intereses personales que subyacen se van descubriendo y lo que estaba callado, aflora tímidamente para llegar a ser materia de análisis.
Los laboratorios de trabajo en equipo reflejan, pues, necesidades, impulsos o problemas individuales o grupales, que, por ser ajenos a la tarea asignada al equipo, interfieren continuamente en su labor. Esta problemática puede ser consciente o inconsciente para el miembro o para todo el equipo. Las motivaciones conscientes afloran más fácilmente a la superficie y son, por tanto, más fáciles de analizar.
No sucede lo mismo con las motivaciones inconscientes que son menos perceptibles y se resisten, por su misma naturaleza, a ser manifestadas. Esconderlas si fuera posible, no conduce a nada. Pretender que no tienen nada que ver con el equipo, no es conducente. Son importantes, porque conciernen al equipo y es necesario conocerlas, siquiera en parte para manejarlas; la tensión, las vacilaciones, expectación, pequeños esfuerzos de alguien que aspira influenciar o a ganar poder; cada individuo tiene sus antenas listas, tanteando el ambiente, el comportamiento del equipo y las acciones de los demás: Cada cual está pendiente de lo que sucede, de lo que se espera de él, de los líderes, y ya en laboratorio, el sentirse juzgado por los observadores.
El trabajo en equipo, en cualquier campo, requiere destreza y sensibilidad para entender y diagnosticar las motivaciones inconscientes que se manifiesten en las vivencias de los individuos y de los equipos.
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FUNCIONES DE LIDERAZGO DENTRO DEL EQUIPO
Se ha observado en los trabajos de laboratorio como en cualquier otro género de actividad grupal que siempre está presente el ansia de poder de los individuos, que llega a tomar forma a través del liderazgo, que bien ejercido puede ayudar mucho para facilitar al equipo el encontrar un equilibrio efectivo entre dos niveles de intereses: Grupales e Individuales.
El joven líder que reconoce que su función es básicamente ayudar al equipo en las ocasiones en que lo necesite, en vez de dirigirlo, empujarlo o acomodarlo a sus propios intereses, puede realizar muy bien su función de servidor de los propósitos grupales que harán crecer al equipo como tal.
LOS MANDAMIENTOS DEL TRABAJO EN EQUIPO
- Escuche atentamente lo que dicen los demás (pare la oreja).
- No interrumpa cuando otros están hablando (no meta la cucharada).
- No haga comentarios particulares con sus compañeros de grupo (no cuchichee).
- No tema expresar sus propias opiniones. Usted siempre tiene algo que aportar (láncese al ruedo).
- No tema expresar desacuerdos. Pero hágalo serenamente (sea valiente pero cortés).
- No trate de imponer a toda costa su punto de vista; acepte el aporte de los demás (no se crea sabelotodo).
- Sea breve en su intervención; no haga discursos (no sea latoso).
- Centre su aporte en el tema de discusión del grupo y en los objetivos que el grupo se ha propuesto (vaya al grano).
- Cuando alguien esté hablando escuche realmente, no prepare su opinión en ese lapso; hágalo a partir de lo que la otra persona ha dicho.
- Si tiene un aporte sobre el “proceso” del grupo que agilice la tarea, hágalo. Esto puede ser en un momento dado tan valioso como una brillante idea.
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